Miedo a la soledad y a la compañia
Miedo a las subidas, a los descensos. Miedo a estar muy abajo, miedo a las alturas. Miedo a las caídas. Miedo a arrastrarse, miedo a volar.
Miedo a la derrota, miedo a los vencedores.
Miedo a la muerte, miedo a los vivos.
Miedo a los que fueron, miedo a los que vendrán.
Miedo a la velocidad, miedo al estancamiento.
Miedo al cautiverio, miedo a la libertad vigilada. Miedo a las jaulas doradas, miedo a la libertad en la que muero de hambre.
Miedo a decir cuanto pienso, miedo a la autocensura.
Miedo a la oscuridad, miedo a los relámpagos.
Miedo de dejar de tener miedo y enfrentar las dificultades.
Miedo de las ventanas y miedo de los espejos.
Miedo de vosotros y sobre todo, miedo de mí misma.
¿ Y tú? ¿ Qué harías si no tuvieras miedo?
Imagina que más allá del horizonte no hay más mundos. Que más allá de tu propio pellejo roto, de tu memoria ciega, de tu imagen incompleta y distorsionada, nada más importa porque nada más existe. Yo no sé definir conceptos o delimitar sombras. Así que solamente tú sabrás si estas palabras son silencios vacíos, locura transitoria, retórica insustancial perdida en el espacio/tiempo o una sinergia de incongruencias irrelevantes propias de una niñata de mi índole.
Seguidores
domingo, 28 de marzo de 2010
jueves, 25 de marzo de 2010
No te limites.
¿Quién ha dibujado los límites?
Vamos a romper los siempre y los nunca.
Vamos a hacer de los cambios sólo evoluciones.
Vamos a meter todo el océano en nuestra copa de champán.
Porque ya me cansé de crecer por obligación, actuar por inercia o querer por rutina.
Por supuesto que, no sé cuál es el camino correcto. Solo sé que huir es tomar el camino contrario al correcto.
No sé de dónde vengo. Pero, el horizonte me recuerda a dónde voy.
Vamos a romper los siempre y los nunca.
Vamos a hacer de los cambios sólo evoluciones.
Vamos a meter todo el océano en nuestra copa de champán.
Porque ya me cansé de crecer por obligación, actuar por inercia o querer por rutina.
Por supuesto que, no sé cuál es el camino correcto. Solo sé que huir es tomar el camino contrario al correcto.
No sé de dónde vengo. Pero, el horizonte me recuerda a dónde voy.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)